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Años 70, vuelve el pintor

En 1973 representa un giro capital en la vida de Palet. Tiene 62 años y deja completamente el trabajo de ilustrador para dedicarse exclusivamente a la pintura y al dibujo. Es un gran momento largamente meditado que ha requerido su tiempo.

Su amigo Josep Maria Mallol Suazo, que siempre le había insistido para que se dedicara exclusivamente a la pintura, le deja su estudio de la calle de la Portaferrisa, donde Palet se pone a trabajar febrilmente. Comienza a pintar, sobre todo figura, con un estilo intimista que caracterizará su obra de estos

años.

En marzo de 1974, tras un gran vacío expositivo, el pintor Palet reaparece públicamente. Vuelve a hacer una exposición en la Galería Anglada de Barcelona, ​​donde presenta los óleos de figura y bodegones realizados en esta etapa y vende toda la obra. A partir de este éxito vuelve a encarrilar la carrera por los circuitos de las galerías. El año siguiente, en 1975, expone en la Galería El Cisne de Madrid. 

La crítica redescubre a un artista que ha permanecido oculto mucho tiempo. No es la mejor época para un pintor postimpresionista de sus características, pero Palet hace años que camina a su paso con una fidelidad a sí mismo que hace que su obra tenga peso propio.

 

En 1975 se traslada al estudio de la calle de Padua, donde desarrollará una actividad intensa. A partir de ahora, Palet se dedica a pintar y dibujar pensando en las exposiciones. Por primera vez en mucho tiempo, liberado de cargas externas, redescubre una nueva libertad y un nuevo placer. Vuelve a Mallorca en varias ocasiones y, entre 1976 y 1978, hace varias exposiciones en la Galería Dera de Palma.

En 1978 sufre graves problemas a la vista a consecuencia de los que pierde la visión del ojo izquierdo. Afectado de glaucoma, lucha encarnizadamente para superar la dificultad de ver sólo con un ojo y poder continuar pintando. Diariamente va al taller y al Círculo Artístico, trabaja más horas que nunca "para no perder el entrenamiento  para no perder el gesto», dice. Hombre de oficio, conoce perfectamente el valor de la constancia y de la práctica no sólo como aprendizaje, sino también como manera de ser. Es a partir de la acción que el artista se expresa y puede manifestarse.

Del 1978 al 1985 hace varias exposiciones, básicamente de figura, en las Galerías Augusta del Paseo de Gracia de Barcelona y también vuelve a exponer en Palma de Mallorca

Siempre que puede, aprovecha las salidas al aire libre, donde continúa encontrando la felicidad más sencilla de poder pintar cerca de la naturaleza. Pinta paisajes al Port de la Selva durante el verano, en Gósol, Cornudella o en excursiones de un día a Tiana o Sant Miquel del Fai. Palet se encuentra físicamente fuerte y mantiene su actividad y su entusiasmo por su actividad artística hasta su muerte el 19 de agosto 1996.

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