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Años 60

A principios de la década de 1960, Joan Palet es bastante conocido por todos aquellos que pertenecen a su oficio y realiza centenares de portadas e ilustraciones para las editoriales de la época: Plaza y Janés, Seix Barral y Editorial Planeta. En su pequeño estudio del piso de la calle Sant Gervasi de Cassoles, el trabajo es descomunal. A menudo lo hace de noche, mientras su familia duerme. Todos los autores de la literatura universal pasan por su mesa. La mano experta del dibujante ilustra todas las historias, situaciones y países.

Durante todos esos años, aunque no lleva a cabo ninguna exposición individual, no se aparta nunca de la pintura de caballete ni tampoco deja de dibujar otros temas.

Como si el trabajo de ilustrador no fuera bastante, dibuja y pinta continuamente. La familia se convierte en un motivo recurrente, sus hijas aparecen como modelos involuntarias en todas partes. Sin parar, poseído por un impulso irrefrenable, no abandona nunca el lápiz ni el carboncillo; su mirada observadora capta momentos de la vida cotidiana que transforma rápidamente en dibujos.

Así mismo, continúa pintando figuras y bodegones y realiza numerosas salidas esporádicas para pintar paisajes con sus compañeros, sobre todo con Mallol Suazo y Enric Canals.

Con Mallol Suazo le une una profunda y larga amistad desde que coincidieron en la Llotja. Se ven todas las semanas, pasan muchos veranos juntos, en Bagur y más adelante en la casa de este último en Palamós, y siempre que pueden se escapan a pintar por la Costa Brava: Fornells, Tamariu, Calella... y también por el interior del Empordà. Desde siempre, el ambiente artístico en el que se refugia tiene la virtud de nutrirlo espiritualmente.

El círculo de gente con quien se reúne regularmente se convierte en un oasis al que prácticamente no falta nunca; necesita este contacto como el aire que respira. Durante los primeros años, en torno a Mallol y su esposa Alba se reunían siempre Olga Sacharoff, Otho LLoyd, Miquel y Blanca Villa, N. Miralles, Ricart Serra y, más adelante, la escultora Lluïsa Granero, los pintores Sanvisens y Teresa Llàcer... 

Por otro lado, mantiene también una fuerte relación de amistad y colaboración con Ricard Giralt i Miracle, otro espíritu cultivado y sensible como él, el gran innovador de las artes gráficas en nuestro país, con quien mantuvo una estrecha relación personal durante toda la vida.  Así como con el crítico de arte Rafael Santos Torroella.

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